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Saturday, July 11, 2020

VIETNAM 2: Hanoi II

23 de diciembre de 2019 En nuestro segundo día en Hanoi pasamos la mañana explorando la zona del lago Hoan Kiem, visitando la Catedral de San José y el templo Ngoc Son. Después paseamos por el barrio francés hasta el templo de Hai Ba Trung. Acabamos el día visitando la interesante prisión de Hoa Lo y la Casa Patrimonial Ngoi Nha Di San. Aquella jornada iba a ser más relajada, después de haber visitado la mayoría de los lugares mas importantes de Hanoi el día anterior. Empezamos la jornada yendo hacia uno de los que nos había quedado en el tintero, el lago Hoan Kiem. Pero antes fuimos a dar un vistazo a la cercana catedral de San José, un enorme templo neogótico del siglo XIX. Es un testimonio de la presencia francesa en el pasado, pero también hay que tener en cuenta que en la actualidad sigue habiendo una gran cantidad de católicos en el país (unos 4 millones de fieles).
23 de diciembre de 2019
En nuestro segundo día en Hanoi pasamos la mañana explorando la zona del lago Hoan Kiem, visitando la Catedral de San José y el templo de Ngoc Son. Después paseamos por el barrio francés hasta el templo de Hai Ba Trung. Acabamos el día visitando la interesante prisión de Hoa Lo y la Casa Patrimonial Ngoi Nha Di San.
Aquella jornada iba a ser más relajada, después de haber visitado la mayoría de los lugares mas importantes de Hanoi el día anterior. Empezamos la jornada yendo hacia uno de los que nos había quedado en el tintero, el lago Hoan Kiem. Pero antes fuimos a dar un vistazo a la cercana catedral de San José, un enorme templo neogótico del siglo XIX. Es un testimonio de la presencia francesa en el pasado, pero también hay que tener en cuenta que en la actualidad sigue habiendo una gran cantidad de católicos en el país (unos 4 millones de fieles). La catedral estaba cerrada, pero al menos pudimos disfrutar de su exterior, con muchos adornos navideños (el día siguiente sería nochebuena). A los vietnamitas les hacía mucha gracia toda la temática de Navidad, y se hacían fotos con los adornos o el pesebre.
La catedral de San José y su árbol de Navidad
A continuación nos acercamos al lago Hoan Kiem, uno de los rincones más bellos de la ciudad. Es un lago emplazado en pleno centro, rodeado de tranquilos jardines y con algunos lugares interesantes que visitar. Aquel día había mucha niebla, lo que le daba un toque fantasmagórico. Alcanzamos a ver la pequeña Torre de la Tortuga (Thap Rua), todo un emblema de la ciudad por su antigüedad (fue alzada en el siglo XV). Continuamos por la orilla norte hasta su lugar mas interesante, el templo de la Montaña de Jade o Ngoc Son (entrada 30.000 VND). Lo mas espectacular es su emplazamiento, ya que se alza en una islita conectada con la orilla mediante un bonito puente. Dentro hay un pequeño templo y hermosas vistas del lago (si no hubiera niebla, claro…).
Lago Hoan Kiem: Torre de la Tortuga (arriba) y jardines (abajo)
Templo de Ngoc Son
Templo de Ngoc Son, con su bonito puente de acceso (arriba)
Puerta principal del templo
Luego fuimos hacia al sur para pasear por el Barrio Francés, que durante el periodo colonial fue el más distinguido de la ciudad, lleno de lujosas mansiones. Hoy en día poco queda de ellas, solo se conservan las que albergan embajadas extranjeras (como la de Francia) y alguna que se cae a pedazos que no han derruido todavía. El barrio nos defraudó un poco, ya que apenas hay mansiones coloniales y básicamente es como cualquier otro barrio de la ciudad. Nos llegamos hasta el templo de Hai Ba Trung, dedicado a las hermanas Trung; éstas fueron las líderes que encabezaron una rebelión contra la ocupación china en el siglo I, siendo el primer alzamiento del pueblo vietnamita contra uno de sus invasores. Desgraciadamente, el templo estaba en obras y solo pudimos ver el primer patio de entrada, que la verdad es que tenía muy buena pinta.
Barrio francés: mansión colonial abandonada (izq.) y calle típica (dcha.)
Templo de Hai Ba Trung
Como estábamos bastante al sur del centro, para volver a él decidimos coger un taxi. Nos costó lo nuestro encontrar uno, ya que estábamos en un lugar donde no había ningún turista. Finalmente logramos parar un taxi, al que le pedimos que nos llevara a la prisión de Hoa Lo. Sorprendentemente puso el taxímetro sin problemas, y el trayecto sólo nos costó 27.000 VND (1 €). La prisión (entrada 30.000 VND) estaba hasta los topes de gente, quizás porque era uno de los pocos museos abiertos en lunes. Hoa Lo fue construida por los franceses a finales del siglo XIX para encarcelar a presos políticos vietnamitas. Durante el recorrido por la prisión se muestran las durísimas condiciones a las que estaban sometidos los presos vietnamitas. Había incluso maniquís para que te hicieras mas la idea de las calamidades a las que eran sometidos. A los franceses les salió el tiro por la culata, ya que entre los presos se divulgaron los ideales comunistas e independentistas y muchos de ellos lograron escapar por las alcantarillas. Durante la Guerra de Vietnam, Hoa Lo fue la prisión donde encarcelaban a los pilotos americanos abatidos y capturados. En una exposición había una gran cantidad de fotos donde se mostraba lo bien tratados que estaban allí, recibiendo regalos, degustando buena comida, disfrutando de actividades lúdicas… Era un gran contraste las condiciones de los presos vietnamitas durante la época colonial y las de los presos americanos durante la guerra (seguramente no tan buenas como nos querían hacer ver). Por cierto, entre éstos últimos había algún personaje ilustre, como John McCain, que años después se convirtió en senador republicano y rival de Obama durante las presidenciales de 2008. La verdad es que encontramos la prisión de Hoa Lo muy interesante, ya que al principio no teníamos demasiadas expectativas.
Entrada de la prisión
Celdas comunes (arriba izq.) y de aislamiento (abajo izq.). Izq., fotos de algunos prisioneros americanos, como McCain
Memorial de las víctimas vietnamitas de la prisión
Como todavía nos quedaba algo de tiempo, decidimos volver al barrio antiguo a ver alguna cosa que nos había quedado pendiente del día anterior. Volvimos a coger un taxi con taxímetro, pero esta vez la jugada no nos salió tan bien, ya que la carrera nos salió por 82.000 VND, en parte por el lento tráfico. Nuestra intención era visitar la casa patrimonial Ngoi Nha Di San, una mansión tradicional de mercaderes del siglo XIX perfectamente restaurada, de las pocas que quedan en el barrio. Nos costó un poco encontrarla, ya que no había ningún letrero en la puerta, suerte que sabíamos por la Lonely el número donde se encontraba. El interior de la casa era fabuloso, con habitaciones dispuestas en dos plantas entorno de un pequeño patio, la mayoría llenas de muebles que parecían originales. Nos pareció un lugar fascinante y único, ya que no sabíamos de otras mansiones tradicionales que se pudieran visitar en la ciudad.
Casa patrimonial
Habitación restaurada de la casa
Empezaba a oscurecer y decidimos buscar algún sitio para almorzar algo. En el barrio antiguo se encuentra Banh Mi 25, considerado uno de los mejores sitios para comer los famosos bocadillos vietnamitas. Pedimos uno de patê con queso y realmente estaba muy bueno. Allí nos volvimos a encontrar con Tito, un chico granadino que habíamos conocido por la mañana en el templo de Ngoc Son. Estuvimos un rato conversando con él, y nos contó que era entrenador de fútbol; ante la falta de perspectivas en España había hecho las maletas y se había ido hasta Corea del Sur, donde trabajaba en el staff del Incheon United, uno de los mejores clubes coreanos. Él estaba haciendo tiempo mientras esperaba a su familia que llegaba a pasar unos días con él en Vietnam, y como nosotros ya habíamos acabado las visitas del día, decidimos seguir charlando tomando unas bia hoi. Ésta es una cerveza de barril muy popular en el norte de Vietnam, servida en pequeños bares abiertos al exterior. Tiene un sabor muy poco amargo y es muy refrescante, aparte de que es baratísima (menos de 50 céntimos el vaso).
Bar donde tomamos las bia hoi
Nos despedimos del bueno de Tito y nos fuimos a nuestro hotel a descansar. Para cenar fuimos al Liu Riu, un restaurante que precisamente Tito nos había recomendado. Se veía un establecimiento cuco y de categoría, orientado a los bolsillos de los extranjeros. Pedimos costillas de cerdo con salsa de fruta de la pasión y pescado con hojas de betel (que se enrollaban en papel de arroz). La comida no estaba mal pero no era ninguna maravilla, nos esperábamos mas para lo caro que era el restaurante. Para beber aprovechamos para probar la cerveza con huevo, una especialidad local a la que se le hecha huevo crudo batido con azúcar. Era una mezcla un poco rara, hay que tomársela rápido para evitar que desaparezca la espuma del huevo y quede una cerveza aguada. Junto con una cerveza normal la cena nos salió por 450.000 VND (unos 18 €).
Nuestra cena
Probando la curiosa cerveza con huevo

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